En julio tengo una boda. Mi primera boda con uso de razón. Cuando fui a una boda por última vez tenía unos cinco años, así que sólo tengo el recuerdo que las fotografías de aquel día han producido en mí. Pero además es una boda de una amiga cercana, y eso conlleva alguna implicación más de las necesarias. Cuando veo alguna boda desde fuera me parece que todo está presente en exceso...los trajes, los besos, los perfumes, las sonrisas, las fotos, la comida, la incomodidad...las personas están en sí mismas excedidas. Me veo muy pequeñita entre tanto de todo, estos actos ultrasociales me dan reparo. Pero no dudo que al final será divertido porque la pareja en cuestión se adora y serán felicísimos y, quien sabe, quizá yo también me acabe excediendo en algo. Eso sí, no me pienso poner tacones :)