jueves, abril 27, 2006

"Eres rara. Lo eres, lo sabes y te recreas".
Esto fue lo que me dijo ayer un amigo. Me molestó, pero porque es una verdad como un templo. Y me molestó porque ser rara es un asco. Ser rara te aisla. En realidad no tengo ni idea de cuál es el motivo de mi rareza, no tengo gustos más extraños que los de cualquier otro, ni comportamientos, ni pensamientos, ni uso un lenguaje extraterrestre, ni mezclo el rosa con el rojo cuando visto. Supongo que será la combinación de muchas, muchas cosas.
Y aquí se abre un debate casi tan interesante como el de herencia vs. medioambiente con el que tanto nos machacan en Psicología y de los que nunca se llega a ninguna conclusión: normalidad vs. rareza. Yo creo que no hay nadie normal. Primero porque no tengo ni idea de lo que esa palabra significa y segundo porque hoy en día todo el mundo es un poco algo: un poco neurótico, histérico, hipocondríaco, indeciso, miedoso, obseso, soberbio o ambicioso, qué se yo... ¿Dónde está la línea que divide a la gente normal de la rara? ¿Cuales son las normas sociales que, supuestamente, la gente sigue o ha de seguir? ¿Y rara en cuánto a que? Y en qué momento me salgo yo de esa línea, si no soy mucho de nada...
Ante esta duda existencial surge alguien que, en un amago de consuelo, te dice "no eres rara, eres un poco especial"... Mentira y de las gordas. Cuatro gatos son los que llegan a ser especiales por sí mismos. Somos especiales para la gente que nos quiere por el hecho mismo de que nos quieren, es lo que tienen las vinculaciones afectivas.
Todo esto es porque odio las etiquetas que se refieren a personas, odio definir o encasillar a la gente en un adjetivo, me sabe a poco.Y claro, no me gusta que me definan. Seguramente esto me traerá problemas si algún día me dedico a la psicología pero qué le voy a hacer... soy así de rara.
¿Dónde estás? ¿Dónde duermes?

miércoles, abril 26, 2006

Por fin he conseguido poner más o menos al día la parte derecha del blog. La pobre estaba abandonada, reconozco que debido a mi asentada y conocida procrastinación. Pues eso, enlacitos para palabranoicos que leo a menudo. En realidad leo más, pero ya los iré poniendo, que me ha costao un ratito. Hay blogs de varias cosas...tecnología, ciencia, música, fotos, otros personales y otros de...cosas, curiosas quizá, que no sabría cómo definir. Y esa es la razón de que no haya categorías, porque hay alguno que no sabría donde poner, así que ala... al libre albedrío, que mola más. Que disfruten...

domingo, abril 23, 2006

Ya tengo mi propio ambigrama!! Sí, sí, así como lo leéis. CarCar (mil gracias desde aquí ;)) ha creado muy, muy amablemente y en un ratito uno con mi nombre en simetría central, previo reto en el que he sido completamente desbancada, lógico. Se puede seguir el hilo y acceder al enlace en los comentarios de la entrada anterior, pero me ha dado un ataque de egocentrismo y he dicho, me voy a poner aquí, bien en grande, que no todo el mundo tiene uno oye. Así que con esto ya me ha terminao de picar el gusanillo. Me he puesto manos a la obra, pero lo que me ha salido más parece un churro que otra cosa, pero poco a poco. En cualquier caso, me entanca. Iré anunciando progresos...y fracasos, claro.


¿A que es chulísimo?

sábado, abril 22, 2006

Hace unos días, navegando, navegando, descubrí una cosa curiosísima que llamó bastante mi atención: Ambigramas. Los ambigramas son palabras o frases que escritas con alguna peculiaridad tipográfica tienen el efecto de poderse leer girándolas 180º o reflejandolas en un espejo, por ejemplo, hay varios tipos. Aquí está mejor explicado. Y lo descubrí porque no se cómo llegué hasta este blog que es de un tipo que hace un montón de estas cosas y tiene unos ejemplos sorprendentes. Me llamó la atención porque encuentro que debe de ser bastante difícil crear uno, no se cuál es el proceso que se sigue ni nada, pero imagino que no estaran todo el rato con un espejo encima a ver qué tal se va viendo la cosa. Seguro que, al ver una palabra, inmediatamente empiezan a crearle curvas y sinuosidades y a imaginar cómo puede hacerse. Sí, me quedé admirada de verdad. Me encantan estas peculiaridades que tienen que ver con las palabras. Y con esto, me acordé del día que mi hermano me enseñó lo que era un palíndromo, estas frases que se pueden leer igual al derecho que al revés. Véase: "Anita la gorda lagartona no traga la droga latina". Es curiosísimo. Aún no he encontrado un blog sobre esto, pero al tiempo. Eso sí, hay archivos con miles de ellos. En definitiva, de lo que me doy cuenta con estas cosas, y con otras mil relacionadas con el diseño por ejemplo, es de que no soy nada creativa porque se me hace un mundo pensar en idear algo con un mínimo de originalidad. Por suerte la creatividad se puede desarrollar, igual llego un poco tarde pero por intentarlo...

viernes, abril 14, 2006

Bang, bang...



Powered by Castpost

jueves, abril 13, 2006

Manzaniña
f. Infusión de la infancia.

Remolón
m. Persona que perecea mucho pero que mola más aún.

P.D. Creación fraterna.

miércoles, abril 12, 2006

Hoy, sin duda, las procesiones se van a quedar casi sin fans. Hay partido, superpartido, mejor. Aquí, una servidora, no es fanática de ninguna de las dos cosas. De hecho el ensordecedor ruido de los tambores me crispa tanto que no convierte una procesión en especialmente interesante. Por tanto, en vista de las dos opciones posibles, me temo que un bolsón enorme de gusanitos naranjas y demás guarrerías futboleras se va a apoderar de mí. Normalmente mi espíritu deportista también es nulo, pero cuando surge un evento de tales características y se monta plan a su alrededor el bicho gritóninsultaárbitros que llevo dentro, escondidico, sale, oh! En el fondo, todas estas cosas son excusas para juntarse un rato, reir y comer, sobretodo comer. Igual que las procesiones. En una ciudad que no llega a 20.000 habitantes, o en cualquier otra en realidad, una procesión es ante todo un acto social que cada uno vive con más o menos fe. Así que no queda más que montarse un modelo y salir a encontrarse con la gente mientras te desfilan por ahí cerca. Al final todos nos quejamos... qué ruido que meten estos, cómo me aprietan los zapatos de los domingos (de esto yo no me quejo porque no tengo)... pero da igual porque el objetivo es irse a echar unas cañas después y ahí se te olvida todo. Claro que el proceso sería mucho más entretenido si los que salen en la procesión repartieran caramelos como en las fiestas, por ejemplo. En fin, que como todo es cuestión de fe, yo esta noche deposito la mía en el Zaragoza. Mañana se me habrá pasado y tendré que buscarle otro huequecito a la pobre. Menos mal que en esta casa nos sobran las excusas.

martes, abril 04, 2006

Ayer tocó día de limpieza en mi habitación. Papeles, libros, mil potras varias y otras tantas sin interés se me estaban comiendo y no me dejaban ni pensar. Llega un momento en que todas esas cosas estorban tanto que no puede ser. Los recuerdos que vas sacando durante días, o quizá meses, no te dejan respirar. Un momento en el que hay que volver a guardarlo todo, poner orden, limpiar el polvo que huele a otras épocas, a recuerdo, cambiar la dirección de tu mirada, de atrás hacia delante, y seguir, seguir acumulando, porque en el fondo una es adicta a la nostalgia que produce el hecho de recordar. Como dice Candela Peña en Princesas, tener nostalgia significa que te han pasado cosas buenas que poder recordar.
En cada limpieza hay que acabar tirando algo porque si no fuera así, ¿cuánto espacio necesitaríamos para guardar lo que se acumula a lo largo de una vida? Hay un tipo de trastorno obsesivo-complusivo que padecen las personas que no son capaces de tirar nada, pero nada, nada de lo que va cayendo en sus manos con el paso del tiempo. Les resulta muy difícil decidir qué tirar y qué quedarse, les produce ansiedad que algún día necesiten, pero no tengan disponible, algo de lo que se han deshecho. Y así, sus casas dejan de ser casas para convertirse en trasteros. Yo tengo tendencia a la acumulación de cosas absurdas, a los ojos de los demás, no por miedo a necesitarlas en un futuro, pero sí por miedo a que, al no volverlas a ver, se borren de mi memoria los recuerdos que tengo asociados a esos objetopapelitopotraoloquesea.
Por que en el fondo, ¿qué somos sin esas cosas que nos hacen recordar? Yo, al menos, poca cosa. Mi memoria es frágil y necesita continuas señales que evoquen recuerdos, puras asociaciones. Intento que antes de tirar algo haya pasado el suficiente tiempo para que ese estímulo deje una huella profunda en mi memoria y que reaparezca de vez en cuando por sí mismo.
Y luego hay otras cosas que no puedes tocar, que tienen que seguir ahí, más o menos a la vista, como una página de un libro que te gusta mucho que no quieres pasar. No quieres guardarlas, mucho menos tirarlas, no pueden ser un recuerdo porque aún forman parte del hoy, aunque no deberían...en fin, caprichos de la memoria. Esas para la próxima limpieza...quizá.
Buf, que asco. (Ll)oremos.


Powered by Castpost

domingo, abril 02, 2006

- ¿Te da nostalgia?
- ¿El qué?
- Todo, la comida...
- Un poco.
- Es rara la nostalgia, ¿no?. Porque tener nostalgia en sí no es malo. Eso es que te han pasado cosas buenas y las echas de menos. Yo, por ejemplo, no tengo nostalgia de nada, porque nunca me ha pasado nada tan bueno como para echarlo de menos. Eso sí que es una putada. ¿Se podrá tener nostalgia de algo que aún no te ha pasado? Porque a mí, a veces, me pasa. Me pasa que me imagino cómo van a ser las cosas, los chicos, por ejemplo... o con la vida en general. Y luego me da pena cuando me acuerdo de lo bonitas que iban a ser... porque iban a ser preciosas, en serio, preciosas. Y luego, cuando lo pienso me da nostalgia. Porque iban a ser tan bonitas... Cuando me doy cuenta de que aún no han pasado y que alomejor no pasan nunca... me pongo super triste... super triste, tía... Pero es como una tristeza a cuenta. Como la fianza de cuando alquilas una casa, pero con tristeza. Que la pones por delante, porque, total, sabes que la vas a acabar utilizando igual...
--------------------------------------------------------------------------------------
- Alomejor me compro yo un móvil también. Como al fijo no llama nadie...
- Eso no depende del teléfono, Pilar.
- Vete a saber, esos que son tan caros, alomejor te llama más gente.

Princesas. Fernando León de Aranoa. 2005

sábado, abril 01, 2006

Paziencia

f. Dícese del arte de esperar paz.
Free Website Counter
Counter